8.1.10

Aprendi que no importa cuanto quieras, algunas personas simplemente no corresponden a eso. Aprendi que toma bastante tiempo construir la confianza y solo segundos para destruirla. Aprendi que no es lo que tenés en la vida, sino a quién tenés. Aprendi que no te debés comparar con lo mejor que otros pueden hacer, sino con lo que vos mejor podés hacer. Aprendi que no es lo que le pasa a la gente lo que es importante, sino lo que hacen al respecto. Aprendi que podés hacer algo en un instante que te dará dolor de cabeza de por vida. Aprendi que me está tomando mucho tiempo ser la persona que quiero ser. Aprendi que es mucho más fácil reaccionar que pensar. Aprendi que siempre debes despedirte de las personas que más amás con palabras de amor, porque podría ser la última vez que los veas. Aprendi que podés llegar más lejos de donde pensás que ya no podés más. Aprendi que o controlás tu carácter o tu carácter te controla a vos. Aprendi que hay personas que hacen lo que tienen que hacer cuando se debe, y lo hacen sin importar las consecuencias. Aprendi que aprender a perdonar requiere práctica. Aprendi que hay gente que te quiere mucho pero que no sabe como mostrártelo. Aprendi que la madurez tiene más que ver con los tipos de experiencias que hayas tenido y lo que hayas aprendido de ellas y menos que ver con cuantos años tengas. Aprendi que no debemos cambiar de amigos si entendemos que los amigos cambian. Aprendi que no siempre es suficiente ser perdonado por los otros. A veces debés aprender a perdonarte vos misma. Aprendi que no importa que esté roto tu corazón, el mundo no se detiene por tu dolor. Aprendi que sólo porque dos personas discutan no significa que no se amen y tan sólo porque no discutan no significa que lo hagan. Aprendi que no importa las consecuencias. Aprendi que la vida puede cambiar en cuestión de horas por gente que ni siquiera conoces. Basta pensar en las oportunidades que tuviste, y en las chances que se pierden por el miedo. Para los errores existe el perdón, para los fracasos, oportunidad; para los amores imposibles, tiempo. No dejes que el miedo te impida intentar. Desconfía del destino y cree en vos. Gasta más horas realizando que soñando, haciendo que planeando, viviendo que esperando. Se trata de bailar, de salir, de dormir hasta tarde, de compartir risas, de llorar, de discutir, de sentirnos volar, de abrazar y volver a abrazar, de hablar por los codos, de imaginar futuros. Se trata de permitirnos equivocarnos, de desafiarse a uno mismo, y así por fin; aprender.

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